jueves, 16 de julio de 2009

El Big Bang


¡El universo está en constante expansión! Esto es, el universo se mueve en todas las direcciones. Las galaxias se alejan unas de otras, como repelidas por una misteriosa fuerza magnética que hace que se rechacen entre sí, y esto nos habla de un posible origen del universo, que es, quizá, el más aceptado por ahora en los medios científicos ortodoxos, el Big Bang.
Imaginémonos el vacío cósmico, es decir, la nada. La nada absoluta, a excepción de un solo punto de energía pura en su estado y forma. Punto no más grande que una pelota de ping pong y que existe desde antes de que el tiempos siquiera existiesen y que en un momento dado explosiona, liberando toda la energía contenida en sí mismo; una explosión colosal, aterradora, que llena todo el vacío de partículas de esa energía. Esas partículas, tras la primera impelida, se van homogeneizando en sí mismas hasta volverse incandescentes, y posteriormente, al enfriarse de forma gradual, formarán lo que los físicos denominan materia. Ésta se traducirá en polvo y partículas de gases que serán la base para la formación de las galaxias, que una vez conformadas se irán separando las unas de las otras Ad Aeternum.
Esta es, muy sucinta, la teoría del Big Bang, es decir, la Gran Explosión, que ocurrió en el principio de los tiempos. Esta explosión ocurrió, según los cálculos basados en la ley de Doppler, hace unos 15.000.000.000 de años.
El astrónomo belga, George Edward Lemaître (1894-1966) razonando sobre el origen del universo, imaginó la situación primordial, con todo el contenido del gen del universo en una gran masa compacta a la que llamó El Huevo Cósmico. Pensó que este Huevo era inestable , por lo que habría hecho explosión y que los grupos de galaxias estaban todavía volando como consecuencia de aquella primera explosión.
Posteriormente el físico ruso-americano, George Gamow, (1904-1968) fue uno de los astrónomos que se sintieron inmediatamente interesados por los razonamientos de Lamaître. Gamow llamó a esta explosión el Big Bang.
Al principio esta teoría no fue aceptaba fácilmente por la comunidad científica, ya que la idea del Big Bang parecía demasiado especulativa y no se tenía ninguna prueba a parte de que el universo se estaba expandiendo. El universo se expande y luego podría ser que se volviera a contraer, para posteriormente volverse a expandir. Es decir, algo así como un gigantesco corazón en una eterna sístole y diástole.
Pero, sin embargo, en 1948 Gamow señaló que el Big Bang habría necesitado de enormes temperaturas y radiación, y que éstas deberían enfriarse paulatinamente mientras el universo se expandía. En 1964 dos físicos norteamericanos, Penzias y Wooddrow Wilson, detectaron esa
radiación, cosa que logró que finalmente la noción del Big Bang fuera aceptada por todos.
Aun hoy esa radiación existe como una especie de ondas de radio procedentes por igual de todas partes del universo y que, según algunos científicos, las podríamos ver en la “nieve” que generan nuestros televisores cuando no tienen ningún canal sintonizado.

Pero el Big Bang deja subsistentes algunos problemas. Los astrónomos dan por supuesto que el universo era uniforme en la distribución de energía y materia. ¿Por qué entonces este ha de tener ahora una configuración irregular, con galaxias y grupos de galaxias separadas por espacios vacíos?
Los científicos no están seguros realmente de cuánta materia y energía hay en la totalidad del universo, ni cual es su densidad media. Si hay más de cierta cantidad, éste irá reduciendo muy lentamente su velocidad hasta acabar deteniéndose y después empezará a contraerse de nuevo. Si por el contrario, hay menos de determinada cantidad, el universo se expandirá eternamente. La realidad parece ser que está más cerca de la segunda posibilidad que de la primera, y los astrónomos no saben realmente a cual de ellas atenerse.
En 1980, el físico norteamericano Alan. H. Guth, sugirió que, inmediatamente después del estallido del Big Bang, se produjo un periodo de súbita y vasta inflación. Esa inflación quedó terminada en una millonésima de milmillonésima de billonésima parte de segundo, esto es, en menos de un picosegundo después del inicio del Big Bang. La inflación llevó al universo desde el tamaño mucho menor que el de un protón hasta una extensión de un centímetro, y a partir de ahí se expandió, tal como se había descrito en las primeras representaciones del Big Bang.
La teoría del universo inflacionario resuelve algunos de los problemas que habían surgido con la noción del Big Bang. Pero, ¿el Big Bang es el principio de todo? Si es así, ¿ de dónde provenía ese minúsculo punto que contenía toda la energía y toda la materia del universo?
En 1973 el físico norteamericano E. P. Tryon abordó el problema con la teoría de la mecánica cuántica. La mecánica cuántica es una forma de tratar el comportamiento de las partículas subatómicas conforme a unas ecuaciones matemáticas desarrolladas en los años veinte. Tryon demostró que con ella era posible que un universo apareciese como un punto minúsculo de la nada.
En 1982, el ruso Alexander Vilenkin, combinó la noción cuántica de Tryon, con el universo inflacionario y demostró que, después de su aparición, el universo se inflaría, adquiriendo enormes energías a expensas del campo gravitatorio original, y no desaparecería. Pero no obstante, acabaría frenando su expansión, volviendo después a encogerse hasta encontrar su tamaño original y desaparecer de nuevo en la nada de la que surgió.
Aunque científicas, todas las teorías que se refieren al origen del universo, no dejan de ser más que conjeturas que carecen de pruebas irrefutables.
Es de creer, según mi opinión, que el verdadero enigma no reside en como se formó el universo, sino de donde partieron o mejor dicho, de donde provenían las partículas o el punto primigenio para formar el universo.
Si hemos de hacer caso a los creacionistas, el universo partió de la idea fecundadora de un ser prístino y todopoderoso, que no tenía nada más que hacer que dedicarse a hacer mundos y universos. Para el hombre, ahora por ahora, le es del todo inconcebible admitir algo que no tenga principio, llamésmolo Dios o universo. De buena lógica, todo lo que tiene un fin ha de tener un principio. Es más concebible una cosa principiada que no tenga jamás final, que imaginar algo que ha existido siempre sin haber empezado, eso es algo realmente inconcebible. Esto quizá nos lleve de la mano a otro gran rompecabezas; el tiempo. ¿Cuándo empieza a contar el tiempo? ¿Cuál fue el primer minuto; el primer segundo? El tiempo es algo del todo abstracto, nosotros lo comprendemos mediante referencias, pero como algo por sí solo no somos capaces de concebirlo. Antes de que apareciese el punto primigenio ¿Existía ya el tiempo? Por lógica no tenía por qué existir, según nuestros conceptos, ya que el tiempo aparece con el nacimiento del universo. Pero eso no es óbice para indicar que todo tuvo que ocurrir en un momento dado, en un segundo de un indefinible tiempo. Imaginemos, por un momento que aquel punto de energía, que después sería el universo, hubiese estallado tan solo un minuto más tarde. ¿Habría existido el universo tal y cómo lo concebimos hoy día?
Según recientes teorías, como el universo es fruto de una casualidad casi imposible, si tan sólo el Big Bang hubiese ocurrido un segundo más tarde, la vida en el universo no habría tenido cabida, ya que las condiciones de esta no hubieran tenido lugar.
De momento, se ha calculado el tiempo del universo en 15.000.000.000 de años según el efecto Doppler, como dije más arriba. Por este efecto se pudo comprobar que las estrellas o galaxias más lejanas de nosotros distan ese inconmensurable tiempo-distancia.
¿Qué es el efecto Doppler? Basándose en que un sonido llega a nuestros oídos con una frecuencia que varía según la distancia del emisor respecto a nosotros, Doppler (1803-1853) al igual que Hubble (1889-1953), intuyeron
que si las galaxias estaban en expansión y emitían radiaciones en forma de ondas de radio, éstas cambiarían según la distancia de las emisoras, es decir, cuánto más lejos estaba el emisor respecto a nosotros, más bajas sería la frecuencia de sus emisiones.
Las frecuencias también podían asociarse al espectro lumínico, esto es, a las radiaciones emitidas en forma de haces de calor. Las estrellas más cercanas emiten su frecuencia de ondas en el espectro bajo de la frecuencia, el color azul, y las más lejanas lo hacen en el espectro limite de la frecuencia, el rojo.
Por lo tanto, el espacio que hay más allá de las estrellas o galaxias que están a esa distancia mencionada anteriormente, es el tiempo habido antes de la gran explosión primordial. Si acaso se descubrieran más galaxias pasado el limite de ese tiempo ¿Sería el universo más antiguo o por el contrario sería otro universo, con otros tiempos y con otras concepciones distintas? Evidentemente, parece ser que tendríamos que adjudicarle unos años más a nuestro universo. De todas formas, dándole la edad estimada, nos parece dentro del tiempo universal, un universo demasiado joven, habida cuenta que nuestro propio planeta tiene 10.500 000.000 de años menos. La ecuación es de difícil solución mientras no intentemos cambiar nuestros conceptos de espacio y tiempo. De momento y por ahora, sólo nos resta resolver unas cuantas cuestiones:
a) ¿Cómo surgió la materia para fabricar el universo?
b) ¿ Por qué estalló y por qué en ese preciso instante el huevo cósmico de Lamaître?
c) ¿Había algo antes de ese punto primordial? Y si fuese así ¿el qué?
d) ¿Terminará por contraerse definitivamente el universo?
e) ¿Realmente todo es obra del puro azar o de algún tipo de plan con leyes inmutables?

De momento todas estas preguntas quedan pendientes y algunas más. Sólo nos queda esperar nuevos descubrimientos y adaptarlos a las necesidades del hombre, que cada vez más se está desprendiendo de sus antiguos conceptos y tabúes.

Propicios días
Gilgamesh

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