lunes, 8 de abril de 2013

Cielos Nocturnos


A todos los que nos gusta mirar el universo a través de nuestros telescopios, sabemos que lo más importante para disfrutar de ello es que haya en aquel momento un cielo despejado con un máximo de oscuridad. La falta de esto último es algo que llega a ser mucho más molesto que no un cielo cubierto de densas nubes, puesto que, quizá, al día siguiente las nubes desaparezcan y podamos ver el cielo a nuestro antojo. Pero si vivimos en un lugar con exceso de contaminación lumínica, nunca podremos disfrutar de nuestras observaciones con la debida nitidez, claridad y extensión que nos gustaría. Si a eso le sumamos, además, que ya de por sí la atmósfera de la Tierra distorsiona los objetos a observar, la desesperación puede ser total. Así es que, debido concretamente a la contaminación lumínica y a la distorsión afectada por nuestra atmósfera, los grandes telescopios se suelen ubicar en lugares despejados, remotos y con cielos con una claridad y limpieza máximas. O si no, como en el caso de Hubble, en el espacio exterior.
Pero obviamente, hay ciertos baremos en que la cantidad de luz varía, es decir, no es lo mismo una ciudad que el campo abierto o un desierto, o lo alto de un páramo en los andes. Cuanta más concentración humana exista en un punto, mayor tiende a ser la contaminación por luz artificial.
En la ilustración inferior hay una comparación de los diferentes tipos de contaminación lumínica según las distintas ubicaciones. Así vemos de izquierda a derecha, como se ve el cielo en:

La Ciudad.

En la ciudad la contaminación suele ser máxima y sobre todo si es en el centro de la misma. En el cielo apenas podemos ver unas pocas estrellas con un brillo difuminado y opaco. Es muy poco recomendable instalar un telescopio en lugares así, ya que la búsqueda de una estrella interesante será un arduo trabajo.


Transición entre Ciudad y Lugar Suburbano. 
 
Esta ubicación suele pertenecer a las zonas que van de la ciudad a los extrarradios de la misma, donde la densidad suele ser más rala y la contaminación por luz algo menor. Como podemos comprobar, no mejora mucho la visibilidad de los astros.

Extrarradio

Esta zona pertenece a los extrarradios plenos, municipios y ubicaciones a las afueras de las ciudades, pero no lo suficientemente alejadas como para ser consideradas rurales. Aquí, al ser localidades más pequeñas y con menos población, la contaminación es mucho más baja. Ya se pueden distinguir estrellas importantes como Altair o Vega y se empiezan a apreciar algo las constelaciones.

Localización Rural


Particularmente los cielos de ubicaciones rurales ya suelen ser bastante oscuros y limpios. Sobre todo si son lugares aislados como casas de campo o pueblos con escasos habitantes. Los cielos suelen ser muy nítidos y ya podemos ver a simple vista planetas como Júpiter o Saturno y estrellas como Aldebarán, Betelgeuse, Arcturus, Sirio o Capella. Es posible que incluso se pueda atisbar la Vía Láctea.


Lugar con excelente oscuridad.

Este tipo de ubicaciones se suelen dar en sitios altos, desiertos o lugares muy apartados. La visión es casi perfecta y la contaminación lumínica nula.
Ya se pueden advertir a simple vista estrellas más lejanas y con menor brillo, planetas del sistema solar. Se ve perfectamente el brazo de Orión, el brazo local de la Vía Láctea al cual pertenecemos e incluso se pueden observar cúmulos abiertos u otras galaxias como M31, es decir, Andrómeda. Es la localización perfecta para cualquier aficionado o profesional de la astronomía.

Bueno, hasta aquí los distintos cielos según la ilustración. Espero que la mayoría de mis lectores al menos tengan la posibilidad de
acceder algún fin de semana a una localización rural para disfrutar del enorme espectáculo que es el Universo y si no es posible, paciencia, siempre se puede acudir a los observatorios que proporcionen cursos o avistamientos públicos y así gozar del espectáculo.
Por tanto les deseo a todos: Limpios y oscuros cielos.
Gilgamesh.

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